El testimonio que inicio todo

FUNCER nació como un sueño, hace más de ocho años, cuando vine de Brasil a unos seminarios cristianos en la ciudad de Cochabamba y en una segunda oportunidad a Santa Cruz, ciudad donde decidí radicar al conocer a mi esposa con quien iniciamos una labor titánica de apoyo a personas (Niñas, niños, adolescentes, personas mayores), sin hogar sumidos en los vicios de alcohol y drogas. Nuestra primera impresión fue de miedo, pero cada día veíamos las mismas escenas que conmovieron nuestro corazón cristiano y decidimos ayudar a algunas de estas personas, compartiendo una habitación de nuestro pequeño departamento y los pocos recursos que inicialmente teníamos, haciendo uso de nuestra FE en Cristo, iniciamos asi una labor de colaboración que fue creciendo a medida que pasaban los meses.

Con el tiempo pudimos alquilar un lugar más grande (un terreno con una construcción precaria). Gracias a Dios, recibimos apoyo de la familia, de los amigos, de personas que donaban de manera anónima, apoyando este sueño. Poco a poco, con mucho esfuerzo, logramos ir construyendo dormitorios, y adecuando cada vez, mas los ambientes.

En esta etapa, comenzamos a fabricar y vender CHOCOLATES ARTESANALES, QUEQUES y TORTAS, para poder auto sustentarnos, actividad que continuamos hasta la fecha, Vendemos nuestra producción en la cuidad y las localidades aledañas de Santa Cruz.

Al mismo tiempo, iniciamos todos los trámites necesarios para contar con la documentación legal necesaria para el funcionamiento de toda organización como la nuestra. Trámites que nos tomaron un largo tiempo, pues son muchos los requisitos que debíamos cumplir y por supuesto los recursos económicos necesarios.
Hasta el año 2021 trabajamos a pulmón solo poniendo mucho amor a nuestro trabajo, cumpliendo los requisitos legales exigidos, alquilamos una nueva casa, para poder dar un hogar a muchas mas personas (mujeres, varones) y una casa de campo para completar las diferentes etapas del proceso de rehabilitación que pasan los internos.

Todos podemos ayudar

A la fecha seguimos trabajando en inmuebles alquilados para cumplir el largo proceso de rehabilitación, albergamos alrededor de entre 40 a 60 personas de diferentes edades.

Iniciamos nuestro proceso, tratando a las personas rescatadas, a través de una recuperación física ya que en su mayoría llegan en etapa de desnutrición, llenas de heridas, golpes y de más daños físicos, y psicológicos, es en esta etapa donde el trabajo es muy difícil ya que las personas tienen hábitos diferentes y muy poca disciplina.

En la segunda etapa ya tenemos personas sanas físicamente y es donde empezamos a darles una terapia cristiana, de grupo donde todos inter actúan entre si contando sus experiencias y testimonio uno más impactante que el otro.

La tercera etapa, se inicia con el desarrollo de actividades que generen habilidades y competencias para enfrentar la nueva vida al terminar el programa (panadería, carpintería, manualidades, entre otras)

Tenemos un ambiente separado para los niños. Gracias a Dios pudimos separar la población más vulnerable y darles un mejor trato de acuerdo a su edad.

Y finalmente un ambiente para las parejas de esposos casos en que ambos o uno solo es adicto y que tienen hijos. Aquí tratamos de mantener el vínculo familiar entre la pareja y los hijos para que juntos puedan enfrentar esta lucha diaria.